Lo que recuerdo con más cariño son esas tardes juntas (desde muy pequeñita) cosiendo, bordando y tejiendo juntas, en silencio, pero unidas por un ovillo de lana imaginario. Cada una con su labor, perdida en sus pensamientos pero unidas de una manera cómplice. Compartiendo patrones, trucos y sobre todo aprendiendo mucho de ella.
Yo espero poder enseñar a mis hijos a hacer ganchillo, a bordar coser y mil cosas más que aprendí de ella.
(in memoriam)
2 comentarios:
Ánimo guapa!! Seguro que esté donde esté, estará orgullosa de que sigas con lo que ella te enseñó con tanto cariño. Un beso
Desde luego, me ha dejado el mejor legado del mundo. Ya hace poco más de un año, pero no me acostumbro. El caso es que cuando hago ganchillo es como si estuviera aun en el sofá de al lado...
Gracias por los ánimos, preciosa. Es que hay días que me pongo nostálgica
Publicar un comentario